CAPÍTULO 0014 - HOMBRE CARITATIVO ME PONE A TRABAJAR
Leah Sinclair/ Dan Clay
Después de buscar alimentos en el basurero para desayunar, la adolescente sin hogar Leah se desmaya, sin embargo aparece un hombre en su automóvil y se detiene para ayudarla.
Ella está sucia y cubierta de mugre, pero aquel hombre ve en ella a una hermosa chica a la cual piensa ofrecerle un trabajo de medio tiempo.
Llevándola a su casa cuando ella se levanta Dan se presenta y le ofrece una fuente de alimentos hasta que ella se da cuenta que estaba limpia y aunque al principio se molesta termina por aceptar su nuevo entorno.
Antes de recibir una propuesta indecente por parte de Dan el cual le confiesa que le gusta ayudar a las jóvenes sin hogar a cambio de nada, pero esta es la primera vez que le propone a alguien un trabajo parcial que consiste en atenderlo sexualmente, aunque claro ella no sabe cómo ocultar el hecho de que le gusta la idea después de todo no tiene dónde quedarse.
Pareciendo embarcarse en la mayor aventura que ha tenido hasta ahora disfrutará del comienzo de su nueva vida.
*****
No soportaba la idea de volver a casa y decirle a mis padres que había fracasado, pero qué otra opción tenía después de todo me encontraba buscando alimentos en un basurero.
Atrás había quedado mi sueño de ser modelo, mi metro sesenta no servía y de mi culo del cual estaba orgullosa no me ayudó mucho, no pude convertirme en una sex symbol de muchos hombres.
Estaba devastada, pero lo que me molestaba en este momento era no encontrar algo para comer, es así que perdí la esperanza y decidí ir a otro basurero sin embargo lo que no esperaba era desmayarme.
*****
Siempre pude sentir una oscuridad por eso ayudaba a todos los que podía, pero hoy había encontrado en medio de ese basurero un diamante en bruto y después de haberla bañado logré quitarle una gran capa de suciedad y ahora podía admirarla.
Teniendo sentimientos encontrados la vergüenza parecía uno, por lo que decidí poner en sus manos la responsabilidad de tomar la decisión que tal vez le parecería muy intimidante, pero de qué otra forma podría entregarse voluntariamente.
Viéndola moverse era como los vídeos que siempre buscaba en internet de los cuales nunca terminaba viendo e irremediablemente solo me los imaginaba y terminaba masturbandome.
-Por fin despiertas…
-¿Donde estoy?… ¿Y quién eres tú?
-Yo soy Dan y te encuentras en mi casa… yo te he traído…
-¿Y qué hago aquí?
-Te encontré tirada y decidí ayudarte… Por cierto ten come.
-¡Gracias!
Atragantandose con la comida ni siquiera degustaba de la fruta y solo buscaba calmar su apetito el cual después de varios bocados terminó por satisfacer su hambre.
-Por cierto… ¿Cómo te llamas? Y se puede saber ¿qué hacías en un basurero?.
-Buscaba comida y me llamo… Leah…
-Mucho gusta Leah.
Notando su nerviosismo cuando se dio cuenta que estaba con otra ropa rápidamente se levantó de la cama, arrojándome la bandeja con los platos vacíos decidí darle su espacio pues las cosas parecían que rápidamente se saldrían de control.
-Calmate…
-¿Qué me hiciste?… me violaste
-Por supuesto que no… Solo te ayude… eso suelo hacer.
-Y no quieres nada extraño conmigo…
-Aunque me gustaría… tu eres la que debe decidirlo… pero ten en cuenta que fuera no te cuidarán como yo podría hacerlo aquí dentro.
-Entonces qué quieres de mí.
-Tu culo… por supuesto.
-Entonces acércate…
-Aquí no… sígueme tengo la habitación adecuada.
Extendiéndole la mano la lleve hasta otra habitación donde habían de esos sillones camas que parecían de tortura, mirando todo a su alrededor cuando comencé a desnudarla con los ojos, al saber lo que iba a pasar se vio obligada a quitarse la blusa, la falda, el brasier y de algún modo solo se quedo con lo único que le pertenecía su tanga.
Ella estaba casi desnuda y para ese momento cuando saque unos grilletes de mi cómoda el terror se hizo más que evidente en su rostro.
-No… Espera eso para que es…
-Son grilletes… y es para nuestro juego.
Avanzando cuando estuve frente a ella, me miró y pudo notar lo grande y fuerte que era, pero cuando la tumbe sobre el sillón cama simplemente ajuste los grilletes y terminando esposada, sus brazos quedaron extendidos y luego sucedió lo mismo con sus piernas al quedar abiertas, ella estaba totalmente indefensa y lo que parecía una tortura había comenzado.
Siendo ella parte del juego ahora se sentía excitada, pues cuando me vio sacar más juguetes la tranquilidad que expresaba era porque pensaba que estaba en manos de un profesional, empezando a ponerle unas pinzas en sus pezones y con paciencia al sostener un látigo comenzaba a pasarlo por sus muslos y su vientre.
No se imaginan la sensación indescriptible que sentía cuando comenzaron los azotes, ella nunca había sido estimulada de esa manera pues al pegarle suavemente en su pubis comenzó a gritar, no podía evitarlo el dolor que expresaba hacía que enloqueciera más al sentir como el látigo golpeaba su vagina mojada y podía ver cómo su clítoris se hinchaba.
-Vamos… golpéame más duro…
-Si es lo que quieres...
Contrayendose involuntariamente por más que trataba de liberarse seguía inmóvil hasta que sintió como los azotes se detuvieron y cuando vio que me agachaba empecé a lamer su vagina, mis manos sostuvieron sus muslos y con algo de esfuerzo al levantar su cabeza para ver qué más tenía planeado ella simplemente no pudo, pues el deleite que sentía entre sus piernas hizo que quisiera cerrarlas al estar cerca de un orgasmo.
-Esto sintiendo… un…
Su excitación crecía y estaba entregada a la posibilidad de no poder resistirse pues la tensión de los grilletes parecían cortarle la circulación, pero la verdad cuando explotó simplemente le pellizque su clítoris antes de dejarla sumamente caliente.
Entonces tomé un poco de vaselina y empecé a untarlo en su ano y supo que era una preparación para lo que seguía, por lo que en unos instantes mi dedo medio se colaba en su ano, luego dos, tres, hasta que fueron los cincos.
No podía contener los gritos de placer y yo deseaba hacerla estremecer, pero al estar atada lo único que me atormentaba era volverla loca antes de haberla hecho sentir mi pene.
Esta era la primera vez que alguien entraba en su ano y ella no podía resistirse a mi voluntad, su ano estaba tan agrandado y sus quejidos resonaban en la habitación al mismo tiempo que decidí quitarle mis dedos y poner un vibrador fue introducido en su ano.
La estaba partiendo en dos y el ruido del vibrador al moverse en su interior le decía que aún faltaba algo mejor, arrancándole gemidos al sentir un dolor insoportable en su culo el placer poco a poco la gobernaba y fue cuando al acercarme le coloque mi pene a centímetros de su boca.
-Es hora de que te la comas…
-No si pueda…
Tomándola por la cabellera al dar un pequeño grito meti mi pene en su boca, empujando tan profundo le hice recordar que ella había accedido a ser mi sirvienta por lo que solo me limité a utilizar su boca mientras sus labios llegaban a la base de mi pene y mi gangle tocaba su garganta.
-Te gusta mi pene… ¿Verdad Leah?.
-Me encanta...♡♡♡
Ella no podía respirar y aunque tenía náuseas simplemente me tomaba mi tiempo para hacerla probar mi pene, mientras la saliva chorreaba más y se mezclaba con el sudor yo podía sentir su garganta dilatada.
Claro aparte de escuchar como su culo estaba siendo desgarrado por mi juguete el cual nunca se cansaba al vibrar intensamente haciendo que llegara al orgasmo más letal y maravilloso que pudo experimentar, mientras sus gritos de placer eran acallados por mi pene el cual llenaba por completo su boca.
-Es hora… Voy hacerte sudar aún más…
Retirando mi pene de su boca cuando volvió a respirar ella parecía pensar que ya todo había terminado al aflojar los grilletes, pero se equivocó pues solo la acomode boca abajo antes de volver a fijarla y simplemente me desnude pues como todo un jinete sólo deseaba montar a mi yegua.
-Esta tan dura… y grande.
-Bien parece que entró… es hora de que llegue hasta el fondo.
Se sentía rara pues apenas y podía soportar tragar mi pene en su ano, yo la miraba y ella parecía creer que no me movería por un rato, pero lo hice al ejercer presión.
Por fin pude encular a una hermosa mujer, su culo era precioso con dos nalgas blancas y un ano de lujo completamente apretado y a pesar de que se quejaba poco a poco empezó a gozar.
-Siii… Siguiente moviendo así… uno… dos… unooo… dos...
Ruborizandose yo movía sus nalgas mientras acariciaba su clítoris al meterle mi mano por debajo y poco a poco me iba volviendo loco con su ano que latía sin parar haciendo que se me nublara la mente y solo pensaba en saciar mi apetito.
Sin duda alguna era todo un animal, pero lo que no esperaba era romper los grilletes al embestir hacia delante, dejando marcas en sus tobillos para hacerla descansar tuve que ponerla de forma lateral antes de volver a arremeter.
-Tu ano está bien mojado y aprieta… Se siente bien…
-¡Ahhh!... Continúa más rápido…
Mirando el dolor que reflejaba su rostro al cerrar sus ojos su hermoso culo parecía un corazón al ser profanado, sin detenerme ella cerraba sus piernas y cada vez más la pobre se derritió en un orgasmo anal.
-Voy a terminar… voy a terminar dentro.
-¡Siii!... Por favor lléname...
Terminando enloquecida al fruncir el rostro se volvió a sumir en un segundo orgasmo anal, entonces su ano pálpito a mil lo que provocó que perdiera un poco más la cordura y le llené el culo de semen, quedándome pegado a sus nalgas las cuales se trataban mi pene aún duro.
Estaba totalmente rendido a su costado mientras ella me maldecía aún estaba gimiendo de placer, pero lo que no esperaba era que al liberarla me tiraría una cachetada.
Riendo fue ella quién me acomodo y metiéndose los dedos en el ano sacó el semen que tenía dentro y se volvió a subir sobre mí, dándome la espalda yo me sujetaba de sus perfectas caderas y contemplaba a aquella hermosa mujer.
-Aquí vamos de nuevo…
-¡Adelante!…
Seguí con la mirada su enorme culo al ver cómo mi pene se perdía, pero al verla en el espejo me excité aún más al ver cómo sus pequeñas tetas se levantaban y al mirarnos fijamente en el espejo la lujuria nos gobernó.
-Puedo ver cómo tus pequeñas tetas… saltan por sí solas.
-No digas e… eso...
Me miró con más deseo y no pude controlarme, la tomaba de sus caderas, contemplando cada parte de su cuerpo desnudo, mientras ella respiraba agitadamente y los fluidos de su vagina escapaban.
-¿Que tal?... ¿Se siente bien?...
-De maravilla… quiero más
-Descuida… solo mantén el paso...
Ella gemía como toda una loca y en cuestión de minutos tuvo un nuevo orgasmo y se movía violentamente en señal de placer, pero cuando ella intentó reposar fui yo quien la volvió a poner en una posición incómoda.
-¡Ahhh!... Espera si no….
-Descuida te va a gustar...
Sentándome aún con ella encima hice que subiera sus piernas y aplastará sus tetas, mientras yo sujetaba sus muslos con un solo brazo y chupando su cuello con la otra mano acariciaba su vagina.
-Estás apretando… mi vagina…
-¿Que pasa?... Acaso no te gusta.
-Me... encanta.
Estábamos realmente excitados y yo no paraba pues se la metía y sacaba cada vez más rápido, haciendo que el mueble se moviera ella gritaba y se quejaba del placer.
-Más… tócame… cógeme…
-¡Ahhh!... Soy tuya…
-Eso quería escuchar...
Pidiéndome cada vez más era una mujer insaciable y así estuvimos un buen rato, incluso cuando mordía sus orejas ella soltaba gritos ensordecedores y yo la jalaba hacía mi, mientras la penetraba al moverla de arriba hacia abajo.
Así seguía y seguía incluso cuando el placer estaba en su punto culminante y al soltarla de algún modo ella fue quien empezó a moverse al sentarse en mi pene aprovechando la penetración al máximo.
-Así… muévete así...
-¡Ahhh!...♡♡♡
Era algo tan fascinante en especial cuando hacía movimientos circulares restregandose, yo estaba a punto de venirme al sentir como mi semen empezaba a recorrer por mi pene hasta llegar a su ano.
-Voy a terminar… llenándote ...
-Esta saliendo… puedo sentirlo… ¡Ahhh!...♡♡♡
Llenándola con mi semen nos quedamos fundidos, abrazándola mordí su espalda antes de soltarla al verla con la respiración más que agitada.
-Mi culo… terminaste dentro de mí… otra vez… Ese líquido caliente tuyo de nuevo me está matando...
*****
Yo odiaba el semen, pero al sentir el líquido viscoso y caliente como me llenaba decidí que recibiría todo hasta la última gota.
-Esto fue maravilloso… Leah… tienes un culito todo apretado.
-Y ahora es tuyo si me dejas quedarme…
-Por supuesto…
Después de eso a medida que pasaba el tiempo me sentía más y más atraída hacia Dan quien en realidad parecía tener dos personalidades, pues durante el día trabajábamos juntos haciendo caridad y por la noche era mi dueño.
Como hoy que sentía la suave brisa que entraba por la ventana acariciar mi rostro y la verdad era que estaba agitada al recordar la primera vez cuando lo hice con Dan.
Queriendo masturbarme tuve que contenerme y esconderme tras mi sonrisa al estar en un evento de caridad, aunque claro Dan se percató de esto y al sentir su mano tocar mi vagina descubrió que estaba sumamente mojada.
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