lunes, 26 de octubre de 2020

TE AMO CONSERJE

CAPÍTULO 0006 - TE AMO CONSERJE


Ariana


Escapando del conserje, subí presurosa pues de alguna forma su apariencia me daba algo de miedo, siendo un hombre mayor con una calva prominente y un olor peculiar, a lo que más temía era que me bote de mi departamento.

Por lo que cuando subí pase sin saludarlo y haciéndome la desentendida.

*****

Cuando la vi correr supe que está era mi oportunidad de atrapar a la señorita Ariana del departamento 305 que subió apresurada, tratando de evadirme para no pagar la cuenta que tenía pues hacía ya 3 meses que no pagaba y aunque se suponía que debía echarla, vi en ella la oportunidad de sentir una estrecha vagina.

Ya antes la había visto llegar del gimnasio y hoy fue la oportunidad, subiendo me pare frente a su puerta y golpee, saliendo toda sudada me excité tanto que no pude ocultar mi sonrisa.

-Buenas tardes... Vengo por el dinero de la renta...

-En verdad lo siento pero no lo tengo...

-Entonces me veré obligado a correrla sin sus cosas... Hasta que pague...

-Pero no puede...

-Claro que puedo.

Usando sus encantos esta vez fue ella quien se acerco hasta mí y aunque no esperaba su confesión, vi aquí mi oportunidad de tenerla a mis pies y por eso decidí seguirle el juego.

-A mí me gustas tú Shiki-san... Y siento no haber sido sincera hasta ahora.

Quedándome sorprendido lo único que hice fue cerrar la puerta detrás de mí y empecé a besarla.

Empezando un juego de manoseo, intercambiamos caricias y saliva, acariciando toda su figura no sabía si tocar sus senos o apretar sus nalgas, pero lo seguro era que lamer su cuello bañado en sudor me ponía a cien.

Jugando pasamos de la sala a la cocina hasta llegar a la habitación donde ella me tumbo y buscando mi bragueta, quería empezar a ofrecerme una mamada.

Llevándola directamente a la boca,   solo la mitad se comía mientras parecía estar apenada.

-¡Ariana-san!...

-¡Ehhh!...

-¿Pasó algo?...

Tomándose su tiempo era como una niña que buscaba romper el chupetín para saborear el centro líquido.

-el pene de Shiki-san es enorme...

-Gracias...

Utilizando todos sus encantos ella se comportaba a la altura, pues en verdad quería quedarse con su departamento, incluso cuando se quitó su top y sujeto mi pene para hacerme un paizuri, sujetando  mi pene desde la base este se perdió entre medio de sus senos.

-¿Si lo pongo aquí dentro...Podrás resistirlo?...

-Tus pechos... Se sienten tan bien.

Disfrutando al ver cómo sus senos masajeaban mi pene sentía que de este una gran cantidad de semen saldría y aunque trate de contenerme no pude durar más tiempo pues a los pocos minutos ella también uso su boca.

Notando la punta ella utilizó su lengua para envolverla, mientras sus senos cubrían el resto de mi pene.

-Sí lo haces de esta forma voy a correrme.

-Se a puesto más grande... Siento que va a explotar.

Llegando a suceder explote en su boca y sobre sus senos los cuales se mancharon con mi semen el cual no paraba de salir mientras ella me masturbaba.

-Valla salió bastante semen... y ¿aún puedes meterlo... Cierto?

-Por supuesto... Aquí vamos.

Subiendo hasta mi trato de tomar el control, pero en ese momento yo era una bestia por lo que la arroje y la abrí de piernas, antes de romper sus mayas junto con la tanga que traía.

-vamos ven...

Y aunque ya estaba listo termine de desnudarme, mientras ella limpiaba sus senos con los cuales jugué antes de rozar su vagina y penetrarla.

-Por cierto te vez muy hermosa...

-...

Haciendo una leve presión, entre poco a poco y una vez que vi su expresión cálida decidí empezar a moverme, sacando gran parte de mi pene la volví a embestir.

Perdiéndome en sus ojos estaba teniendo sexo con una joven de 24 años que disfrutaba de mi pene, 

-Está muy cálido tu interior...

-Y yo estoy feliz de hacerlo contigo...

La tenía gozando mientras ella se expresaba con gemidos al sentir como exploraba su cuerpo, jugando con sus senos los apretaba a tal punto que cuando succionaba sus pezones ella se retorcía del placer y trataba de apegarse más a mi.

-Si lamo tus orejas... ¿Te sentirás mejor?...

-No por favor...

Subiendo por su cuello, corrí su cabello y mordí su lóbulo antes de meter mi lengua dentro de su oido, y ver cómo temblaba.

Sucumbiendo al placer ella alcanzó otro orgasmo y trato de envolverme con sus piernas las cuales temblaron y se abrieron al compás de mis embestidas.

-Puedo sentir tus fluidos... Envolviendo mi pene.

-¡shhh!... No me digas cosas vergonzosas.

-Pero es verdad... Estas muy apretaba.

Disfrutando envestirla quería ver que tanto me amaba por lo que con mi pene aún dentro de ella la acosté boca abajo y luego la volví a cambiar.

Dándome la espalda ella era la que ahora se movía y yo solo disfrutaba pues con cada retroceso de sus caderas mi pene se perdía y sus fluidos escapaban cada vez más.

-Increíble... Esta muy profundo.

-No tires de ahí... 

-Tengo que hacerlo... Tu culo es muy erótico.

-Deja de decir cosas vergonzosas.

Dándole de nalgadas le pedía que se moviera más rápido y aunque ella explotaba en orgasmo tras orgasmo, cuando llegó a su límite tembló y tuve que sujetarla.

Dejando caer su cuerpo hacia atrás quedó sobre mí y ambos miramos el techo de la habitación, pero aún así seguíamos pegados y yo fui quién volvió a moverse.

Sujetando sus caderas me movía lento mientras mi lengua exploraba su oído, y aunque estaba apunto de estallar quise que ella también alcanzará un orgasmo por lo que di mis últimas embestidas y pellizcando su clítoris la sujete hasta que ambos explotamos.

-Ya no puedo moverme... Shiki-san...

-Y tu interior está muy estrecho... Que estoy por correrme... Ariana-san.

-Puedo sentirlo... Yo también me corro.

Con la respiración más que agitada descansamos juntos, hasta que ella me pidió que me fuera, pero claro yo había venido con dos propósitos los cuales consistían en tener sexo con ella y sacarla del departamento.

Por lo que cuando le dije que tenía que irse se sorprendió y volvió a decirme lo que ya antes me había dicho.

-Te amo...

-Lo sé y es por eso que te voy a dejar sacar tu ropa y te vienes conmigo.

Aceptando mi propuesta de muy mala gana, salimos de su departamento y usando el ascensor de servicio subimos a la terraza donde mi pent-house me esperaba.

-Pero y no se supone que eres el conserje del edificio.

-No... Yo soy el dueño... 

Guiñándome un ojo ella se acercó una vez más, sujeto mi pene y en aquel momento volvió a confesarme su amor.

-Te amo...


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