martes, 3 de noviembre de 2020

ELECCIÓN DE UNA RECIÉN SOLTERA

CAPÍTULO 0023 - ELECCIÓN DE UNA RECIÉN SOLTERA


Whitney y Robby.


Whitney es una mujer divorciada, frustrada y caliente, por lo que llama a un contratista para que remodele su casa.

Esperando así al contratista después de una hora cuando ve que una camioneta se acerca al estacionarse del lado del conductor se baja Robby el cual examina la propiedad.

Disfrutando de la vista suspira y se presenta antes de ponerse a trabajar, haciendo alarde de su cuerpo perfecto Robby se aprovechará al seducirla allí mismo a Whitney, después de todo es una divorciada a la cual parece irle bien en su nueva vida como soltera.

*****

Odiaba estos trabajos fuera de la ciudad pero era la única forma de evitar pasar hambre, atrás había quedado mi tiempo como jugador de fútbol y ahora solo era un contratista.

-Buenos días… señora soy Robby y...

-Llegas algo tarde...

-Lo siento el tráfico…

-Como sea… ya sabes lo que tienes que hacer…

Admirando la belleza de mi nueva jefa resultaba ser algo especial, pero la verdad era que necesitaba el dinero y al ver cómo se alejaba decidí tomar mis cosas y ponerme a trabajar.

Pasando los días poco a poco fui conociendo a Whitney la cual resultó ser una mujer joven de un carácter muy especial, pues había veces que me trataba mal por los errores que cometía y otras veces las cosas funcionaban de maravilla.

De hecho al terminar la jornada a veces me permitía ducharme en su casa y aunque había escuchado rumores que su esposo la había dejado por tener algunos hábitos medios sospechosos.

Incluso algunas veces la sorprendí observándome y eso me ponía tanto que a veces me quitaba la camisa para que me observará y para esos momentos se sonrojaba por la vergüenza.

Hasta hace unos días que llegó la quincena y tocó que me pagara, me llamó desde la cocina.

Ofreciéndome un vaso de limonada charlamos y ella me contó sus problemas, era un momento único y el hecho de que conectáramos hizo que me metiera en serios problemas.

-Y esa fue mi vida de casada… con un hombre que no deja que su esposa le de una buena mamada...

-Maldito imbecil… lo que daría yo por tener una mujer como usted… la cual se esforzará por complacerme…

Levantándome tomé el sobre con mi pago y al incorporarme decidí salir de la cocina, aunque la verdad estaba ansioso por lanzarme sobre ella al escuchar las cosas que estaba dispuesta a hacer por su esposo.

-Lo que daría por tener a una mujer como usted la cual me ofreciera una buena mamada...

-Tal vez yo podría ayudarte… claro… si tú quieres…

-En serio haría eso por mi...

-Por supuesto… estás trabajando duro… y yo soy una mujer soltera… así que puedo darle sexo oral a quien yo quiera...

Girando hacia ella me acerqué y solo bajé mi cremallera, mientras que Whitney se arrodilló ante mí y sacando mi pene lo admiro y yo solo disfrutaba de sus caricias las cuales surtían efecto.

Mi pene se irguió y ella me masturbó con muchas ganas, notando su excitación sabía cómo brindar placer y cuando empezó a usar sus labios, jugando con su lengua la movía en círculos y su respiración se entrecortaba.

Prestando mucha atención veía a mi jefa como me mamaba el pene y se golpeaba el rostro una y otra vez, abriendo la boca se lo devoraba centímetro a centímetro.

Atragantándose lo devoraba una y otra vez a medida que saboreaba y yo sentía deseos de acabar por lo que le advertí, pero eso solo provocó que ella le pusiera más esmero a su mamada.

Comenzando a dejar salir mi semen explote dentro de su boca y ella solo continuó con su ritmo buscando sacar hasta la última gota, tragándose todo mi semen me dejó tan satisfecho que poco a poco mi pene perdió dureza.

Whitney se había tragado todo mi semen y yo al ver que tenía que volver a trabajar me acomode el overol, mientras ella limpiaba sus labios y volvía a ser mi jefa.

-Tienes un gran pene… y espero que si alguna vez quieras que se repita me busques…

-Lo tendré en cuenta...

Volviendo a trabajar ese día no pude concentrarme, después de escuchar lo que me había confesado y así pasé mi tiempo distraído hasta que llegó la hora de partir no sin antes avisarle.

Buscándola por la casa cuando la vi salir del baño no pude decir adiós y nos miramos por unos segundos antes de escucharla hablar.

-Hoy te vas temprano…

-Es la misma hora de siempre… aunque me gustaría quedarme...

-Entonces hazlo… y ya no me veas como tu jefa...

-Bueno Whitney… te deseo y me gustaría probar tu ano… si me lo permites...

Dejando caer su toalla terminó desnuda frente a mis ojos y al caminar hasta su habitación la seguí, viendo cómo se tiró sobre la cama y se puso a cuatro patas me lancé sobre ella.

Lubricando su ano entendí de inmediato que ella era capaz de cumplir el deseo de un hombre, yo jugaba con su ano y cuando lo abrí deje caer mi saliva en este antes de tomar posesión.

Respirando hondo me tomé mi tiempo y con su ayuda al ver cómo intentaba abrir sus nalgas empecé a empujar, abriéndome paso en su interior estaba ganando espacio poco a poco en su culo el cual no quería ceder.

Hasta que al ejercer presión por fin pude tomar por completo el ano de Whitney la cual empezó a quejarse al pedir que no me moviera, pero eso solo provocó que la deseara aún más.

Estando más que excitado cuando empecé a quitarle mi pene de pronto volví a empujar, mi pene la atravesaba y ella empezaba a gemir mientras la rompía poco a poco.

Gozando con mi pene suplicaba con gusto que no me detuviera, masturbándose ella misma yo hacía mi mejor esfuerzo por complacerla.

Hasta que me pidió cambiar de posición y al tomarla por los muslos la puse frente al espejo, levantando sus piernas por sobre sus hombros, la penetre lo más profundo y le mostraba como sus fluidos escapaban de su vagina.

Masturbándose con demencia y con los ojos llorosos yo continuaba dándosela por el culo, hasta que vi como explotó y noté escapar de su vagina sus fluidos que mancharon todo el piso, lo cual hizo que quisiera explotar.

Llegando al clímax al sentir lo estrecha que se ponía me concentré tanto en complacerla, que ni siquiera noté cuando empecé a llenar su ano con mi semen, mientras ella se retorcía de placer.

Terminando más que cansados cuando la bajé sus piernas temblaron antes de que desfalleciera y terminará en el suelo, notando como su culo palpitaba y dejaba escapar mi semen me vi obligado a cargarla y la recosté en la cama no sin antes pedirle que me la mamara.

Obedeciendo mi orden Whitney lamió mi pene antes de que este se perdiera en su boca y una vez que terminó por limpiarla simplemente dormimos juntos esa noche.

******

Pasando los días seguí trabajando en su casa y en el cuerpo de Whitney, mientras intercambiábamos opiniones sobre las reparaciones de la casa, hasta que llegó el momento de despedirme.

Habiendo cumplido con mi propósito, no quise irme de su lado por lo que iniciamos una empresa juntos de contratistas.

Desde entonces no me faltaba trabajo, pues Whitney me recomendó a varias de sus amigas y ella se volvió otra mujer, luciendo un cuerpo más increíble se había puesto implantes de silicona que la verdad yo gozaba, pues ahora tenía una mujer que me esperaba ansiosa de que volviera a casa.


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